CUENCOS TIBETANOS

Sin importar en que cultura nos encontremos, podremos comprobar que la vibración, el sonido, el ritmo o la música, están siempre presentes.

Algunos sonidos nos llevan a la paz profunda, otros nos conducen a estados mentales de ensoñación o trance, y tambien hay sonidos para alegrarnos o entristecernos. ¿Cual es el motivo?. La respuesta es muy sencilla: Los seres humanos también poseemos vibración y, como tal, tenemos la capacidad de alterarnos a partir de la audición y percepción de otra vibración o sonido. Esta alteración puede bloquear nuestra energía, desarmonizando el cuerpo, el espíritu y las emociones.

Este desequilibrio puede ocasionarnos múltiples problemas Enfermedades físicas, desequilibrios emocionales, dificultad para relacionarse con los demás y con uno mismo, problemas sexuales, falta de amor, de confianza, de expresividad e insatisfacción en general.

Los cuencos son instrumentos que producen sonidos armónicos los cuales reducen nuestras tensiones y despiertan la parte dormida de nuestro subconsciente. Los sonidos de los cuencos armonizan, principalmente, el sistema nervioso y el cardíaco, elevando las defensas del organismo y predisponiendo a estados profundamente introspectivos beneficiosos para la salud, reduciendo la segregación de hormonas relacionadas con el stress y elevando las endorfinas. Para quién practica meditación, percibir estos sonidos es como escuchar el sonido de la propia mente, alcanzando un nivel muy alto de desarrollo espiritual, favoreciendo todas nuestras funciones cerebrales.

Tanto si nos relajamos para recibir una armonización o si colocan sobre nuestro cuerpo los cuencos para hacerlos sonar encima nuestro, el efecto es el mismo:

  • RELAJACIÓN
  • PLACER
  • ELEVACIÓN
  • ARMONÍA